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Aprender a leer la etiqueta de una proteína en polvo es clave para elegir el producto adecuado para tus necesidades. Aquí tienes un resumen de los puntos más importantes:
Busca el tamaño de la porción en gramos (por scoop o medida). Esto te ayuda a comparar diferentes marcas.
Verifica cuántos gramos de proteína contiene cada porción. Idealmente, un buen suplemento tiene entre 20-30 g por porción.
Identifica el tipo de proteína (por ejemplo):
Suero (Whey): Concentrado, aislado o hidrolizado.
Caseína: Liberación lenta, ideal para antes de dormir.
Vegetales: Guisante, arroz, cáñamo, para opciones veganas.
Lee los ingredientes para detectar aditivos innecesarios como azúcares añadidos, colorantes artificiales o rellenos. Prefiere opciones con listas de ingredientes más cortas.
Carbohidratos: Busca bajo contenido si deseas controlar calorías (1-5 g es ideal para proteína pura).
Grasas: Generalmente deben ser bajas (<3 g por porción).
Azúcares: Lo mejor es que sean mínimos o cero.
Algunos productos listan su perfil de aminoácidos. Asegúrate de que incluya BCAA (leucina, isoleucina y valina), esenciales para la recuperación muscular.
Certificaciones: Como “Libre de gluten” o “No OGM”.
Saborizantes y endulzantes: Busca productos sin endulzantes artificiales, si es posible.
Busca certificaciones de calidad o sellos como NSF, Informed-Sport o GMP para asegurarte de que el producto es seguro y está libre de contaminantes.
Esto te ayudará a seleccionar la proteína que mejor se ajuste a tus objetivos y necesidades dietéticas. ¡No olvides combinarla con una dieta equilibrada!
Daria, Body and Planet